Comunicación

20 AÑOS DE ASMAMJ: JUNTAS TEJIENDO NUESTRA HISTORIA

La Asociación de Mujeres lleva a cabo su 11ª Asamblea General y celebra su historia de luchas y conquistas con más de 200 participantes del Medio Juruá.

Por: Associação de Mulheres Agroextrativistas do Médio Juruá – ASMAMJ
Traduzido por: Fernanda Diel

La Asociación de Mujeres Agroextractivistas del Medio Juruá – ASMAMJ – es una organización de base comunitaria que lucha por la valorización de las mujeres y garantiza su acceso a políticas públicas, derechos y ciudadanía, promoviendo la participación femenina en lo social, político y económico de sus comunidades y en el territorio en su conjunto. La asociación surge del deseo de mujeres que viven en unidades de conservación (UC), después de haber garantizado su derecho a la tierra en las UC, luchan por su espacio legítimo.

El Territorio del Medio Juruá, al igual que en otras áreas del norte de Brasil, tiene su historia marcada por los ciclos del caucho. Los seringalistas explotaban a los seringueiros con regímenes de trabajo análogos a la esclavitud. Las familias estaban obligadas a comprar los elementos básicos de supervivencia por precios exorbitantes en los barracões o regatões, por lo que con el tiempo las mujeres desarrollaron estrategias propias, utilizando el conocimiento tradicional transmitido de generación en generación, para cuidar de la salud y el bienestar de la familia.

Contexto histórico de luchas de la ASMAMJ contado por las mujeres que iniciaron la lucha de este movimiento en el Medio Juruá. Foto – Everson Souza.

Después de décadas de sufrimiento por la explotación, con el apoyo del Movimiento de Educación de Base – MEB, la población comenzó a organizarse para reclamar el derecho a la tierra y su propia existencia. Así se creó la primera asociación local, en 1994 – la ASPROC (Asociación de Productores Rurales de Carauari) -, siendo fundamental para garantizar la independencia del dominio de los patrones y luchar por sus reclamos de manera oficial. Como resultado de esta lucha, en 1997 se creó la Reserva Extractivista del Medio Juruá (RESEX Medio Juruá) y en 2005 la Reserva de Desarrollo Sostenible Uacari (RDS Uacari), pasos significativos para garantizar el territorio y los verdaderos dueños de las tierras.

En este escenario, las mujeres siempre estuvieron presentes, sin embargo, tenían poco espacio; se les negaba participar en momentos deliberativos y estaban muy restringidas al ámbito doméstico, pero esta realidad comenzó a incomodarlas. Por eso, de manera organizada y con el apoyo de instituciones como el MEB, que destacó a las mujeres como prioridad en su último ciclo de actuación, y el ICMBio (Instituto Chico Mendes de Conservación de la Biodiversidad), a través de su gestora en ese momento, Rose Batista, una autoridad importante en el proceso -, las mujeres del territorio pudieron organizarse y comenzaron a reclamar su espacio legítimo, denunciando violencias y silenciamientos, buscando su libertad y autonomía de participación activa y, sobre todo, la independencia financiera, ya que hasta entonces no eran vistas como personas con derechos y voz por sus propios maridos.

Así, en 2001 se celebró el primer encuentro de mujeres del Medio Juruá, donde se firmó el compromiso de crear la ASMAMJ. Durante el proceso inicial, hubo muchas dificultades para formalizar la asociación, debido a la burocracia y, sobre todo, a cuestiones logísticas, ya que las mujeres no tenían recursos para desplazarse a la ciudad para ir al registro civil ni podían mantener una representante en la ciudad durante muchos días. Otro desafío, experimentado por las primeras presidentas, era la educación, ya que durante este período pocas mujeres estaban alfabetizadas. Sin embargo, con el apoyo del MEB, el ICMBio y posteriormente con la Universidad del Estado de Amazonas (UEA), y otros socios, en 2004 la asociación fue formalizada representando un nuevo momento para las mujeres, que ansiaban fervientemente un espacio que las acogiera y las representara.

Actualmente, la asociación opera en las comunidades de la RESEX Medio Juruá, RDS Uacari, Área del acuerdo de pesca del bajo Carauari y de la Aldea Indígena Kanamari en el municipio de Carauari, estado de Amazonas. Cuenta con 215 asociadas que trabajan en polos de producción, generando ingresos para sus participantes. Además, la asociación lleva a cabo acciones que valoran el conocimiento tradicional, promueven los derechos y la equidad de género.

Plenaria participativa de la asamblea general de la ASMAMJ en marzo de 2024 – Foto de Everson Souza.

Durante la Asamblea General de la ASMAMJ celebrada del 6 al 8 de marzo de 2024 en la comunidad de Bom Jesus, las mujeres fundadoras presentes pudieron compartir con las asociadas y los invitados un poco sobre cómo fue ese proceso. Recordaron algunas dificultades para reunirse, como remar para hacer las reuniones, mientras que hoy la ASMAMJ tiene su propia embarcación y cuenta con la disponibilidad de embarcaciones de socios. También dijeron que, al principio, no sabían sobre los procedimientos para legalizar la asociación, pero que junto con socios como Rosi Batista, lograron su debida regulación. La actual directora, Olívia, de la comunidad de Pupuaí, que formó parte del inicio de la organización, recordó la primera asamblea realizada en la comunidad de Bom Jesus, y animó a las asociadas a no rendirse y a seguir adelante. Recordó a su madre, que ya falleció, pero que también luchó por la ASMAMJ.

En la historia, narrada por las mujeres fundadoras y pioneras de la asociación, María Luci afirma que «ASMAMJ fue creada para sacar a las mujeres de las ‘garras del marido’ en busca de su independencia, sus derechos y empoderamiento». Para María das Neves, de la comunidad Novo Horizonte, quien ahora es directora de ASPROC y acaba de terminar un mandato directivo por ASMAMJ: «ellas consiguieron sus espacios en la sociedad como mujeres, porque en las reuniones de antaño quienes representaban a las comunidades eran los hombres, mientras que las mujeres se quedaban en casa». Neves afirma que hubo muchas dificultades, y que algunas de las fundadoras ya fallecieron, pero el mensaje es que no se debe rendir, que «la asociación está fortalecida y el camino es de fortalecimiento continuo». La recientemente elegida vicepresidenta de ASMAMJ, Ivanete Marreira Figueiredo, de la comunidad Xibauá, anima a la juventud a continuar con el trabajo iniciado por mujeres muy fuertes. Marta Salvino, de la comunidad Roque, recuerda que su comunidad participa desde el inicio de la creación de la asociación. Ella enfatizó la alegría de ver a ASMAMJ con tantas asociadas y señaló la necesidad de la creación de la organización de mujeres, ya que en ese momento ASPROC era considerada por muchos una asociación formada principalmente por hombres y las mujeres no tenían espacio de protagonismo. Actualmente, Marta y sus hijas son asociadas y ella dice con orgullo que «El lugar de la mujer es donde ella quiera». Afirma que todavía hay mujeres que no participan en reuniones y asambleas debido a los maridos que no dan permiso. Por lo tanto, es necesario luchar para que esto no ocurra más.

El 16 de junio de 2024, la organización cumple 20 años de existencia, y las fundadoras agradecen el trabajo que ha estado realizando el liderazgo actual, formado por mujeres jóvenes y empoderadas, que han continuado este trabajo de innumerables luchas y han estado avanzando por un camino de muchas conquistas.

Asamblea general de la ASMAMJ en la comunidad Bom Jesus, marzo de 2024, RDS-UACARI, momento de celebración de los 20 años de la asociación. Foto – Everson Souza.

Como resultado de este trabajo, actualmente la asociación cuenta con polos de producción, como la extracción artesanal de andiroba; la producción de biocosméticos y jabones; y la producción de biojoyas con escamas de peces manejados localmente. Además, está buscando consolidar la extracción de aceites esenciales de plantas de la región y, en colaboración con Natura, desarrollará la cadena productiva de Mutamba, que se utilizará en la fabricación de productos de la empresa – una colaboración que ya está siendo desarrollada con otras asociaciones del territorio. Además, cuenta con un equipo técnico que ayuda en la realización de actividades y el desarrollo de proyectos, gracias a colaboraciones con instituciones como Sitawi, el Fondo Casa, el Fondo de Repartición de Beneficios, el Memorial Chico Mendes, el PNUD, entre otras.

La sede actual de ASMAMJ se encuentra en la comunidad de São Raimundo (RESEX Medio Juruá) y cuenta con una Casa de Destilación, oficina, bote con motor para desplazamientos, material de oficina, entre otros bienes que son el resultado de estos 20 años de historia. También es un sueño tener una sede propia en la ciudad de Carauari, ya que actualmente la asociación comparte el mismo edificio histórico donde está ubicado el Instituto Juruá, que en el pasado albergó el CNS (Consejo Nacional de las Poblaciones Extractivistas). Creemos que con una sede propia de ASMAMJ, las necesidades de las mujeres del Medio Juruá serían mejor atendidas con los servicios ofrecidos por la asociación, como la asistencia psicológica y la venta de productos en un espacio propio e identitario.

A pesar de tantos logros, todavía hay desafíos por superar, como la baja participación de las mujeres en espacios de toma de decisiones, como en el Consejo Gestor de las Reservas (RDS y RESEX), donde básicamente se deciden todas las agendas socioambientales del Territorio Medio Juruá. Sin embargo, se espera que con la capacitación en Gestión Territorial para mujeres, que será realizada por ASMAMJ, entre otros servicios previstos para 2024, puedan empoderarse aún más y comenzar a representar a sus comunidades en todos los espacios que deseen ocupar.

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