Por Fernanda Preto
Las devoluciones son siempre sobre nuevos comienzos. Sobre interminables intentos de mirarte a ti mismo. Sobre reencantamientos. Sobre el origen. Acerca de conectar partes rotas de usted. Sobre la naturaleza. Las devoluciones también son sobre salidas. La partida también es reunión, reunión, renovación. Imagen…
Elegir regresar, me desgarró el alma, me hizo entrar en la vida a través de cada vida reconocida, cada casa que bebí un café, cada mirada que me cruzó, en cada baño de río, en cada respiración, en cada límite que me puse, en cada historia que escuché, en el anhelo que sentí, en la indignación de aquellos que quieren transformar el mundo, en mi silencio, en el discurso de los demás, en la impermanencia de las reuniones pasajeras, en el paisaje que se ha convertido en mí.
En 2006 conocí la Amazonia, llegué a la región de RDS Uacari, aún recién formada, en este río Juruá, todo era nuevo y ya me hizo ser otra. En 2008 regresé a la misma región y tuve la oportunidad de conocer otras comunidades durante la liberación de competiciones de tortugas. En esa ocasión, pude exponer en la Comunidad de Roque las fotografías tomadas en 2006. ¡Qué importante fue la experiencia de ver a las personas percibirse y reconocerse en las fotos!
Regresar al Medio Juruá siempre ha sido un deseo que se ha mantenido durante años. Pero sentí que en algún momento este regreso se haría realidad.
La sensación de volver a entrar en el río llegó 14 años después. Sentir el paso del tiempo, reencontrarme con la gente, me dominó. Así como el bosque invade mi naturaleza como viajera, observadora, de entrega.
Durante 27 días estuve a bordo de Hiléia, un barco del Instituto Juruá. Junto a un equipo de 20 personas en la expedición sobre Diagnóstico de Género de ASMAMJ – Asociación de Mujeres Agroextractivas del Juruá Medio.
Hubo 23 comunidades visitadas, más de 30 entrevistas generadas para el corto (video diagnóstico) y más de 2000 fotografías. Las intervenciones psicosociales Cuerpo/Memória ocurrieron en 6 comunidades con más de 80 participantes.
Fui a conocer historias, verdades latentes. Fui a conocer la vida de cada mujer que amorosamente abrió su intimidad, su hogar, su espacio sagrado y le dio su mayor riqueza: quién es ella.
Curiosa pasear por lugares ya conocidos y aún no saber nada.
Fui a la reunión, hice preguntas, escuché con mi alma, asimilé las emociones, pero no sabía lo que me esperaba.
La investigación y la búsqueda de mirar al ser humano a través de sus «sentimientos», me ha conmovido y me ha llevado a experiencias únicas y profundas que me transforman íntimamente. El tamaño del impacto en mi vida y en las vidas de todos los que han tenido el coraje de exponerse puede no ser medible, pero es visible y se siente en cada contacto, en cada palabra, en cada abrazo y mirada que recibo.
La película Seiva Bruta es una co-creación sensible que refleja la fuerza colectiva de las mujeres que comparten sus deseos, sus historias, sus experiencias íntimas, su supervivencia a través del sentimiento oculto, pero ya no expresadas en esta forma de vida tan enredada en la tierra.
Estas son imágenes que reflejan el «ser mujer» en la Amazonia.
Mujeres fluidas en estas aguas densas, que inundan de fuerza y belleza y que viven el pulso del bosque mismo.