El curso de metodología de conteo del pirarucu capacita a las comunidades de Itamarati en cuanto a la sostenibilidad de la cadena productiva de la especie y el desarrollo comunitario en la región.»
Por Maria Cunha
Traducción: Fernanda Diel
En la región del municipio de Itamarati, las comunidades todavía se están familiarizando con el trabajo de conservación y protección de la especie, pero es notable el interés de la población en el monitoreo poblacional del pirarucu. El conteo que comenzó en la región desde 2020 ha transformado la visión de los residentes sobre la importancia de la sostenibilidad de la especie para el medio ambiente, la región y la comunidad.
«Cuando decidí participar en el curso de metodología de conteo del pirarucu, quería entender mejor sobre este pez y cómo podría ayudar a fomentar la conservación de la especie en la comunidad. Pude darme cuenta de lo importante que es mantener un entorno protegido para que el pirarucu pueda desarrollarse y traer beneficios a la comunidad», cuenta Cicero Pereira da Silva, residente de la Comunidad Iracema, que participó en el curso.
Comprender mejor la población del pirarucu en un entorno específico ha generado un gran entusiasmo entre los miembros de la comunidad que pudieron participar en el curso y ha despertado un mayor interés por el cuidado y la protección. El acuerdo de pesca en la región de Itamarati está en proceso de entrar en vigencia. Sin embargo, el trabajo de vigilancia y monitoreo de los lagos ya está en marcha, y la certificación como contador de pirarucu ha brindado un incentivo mayor de lo esperado a quienes participaron en el curso. Muchos miembros de la comunidad se sienten honrados de poder contribuir de manera más directa con este trabajo de conservación del pirarucu, comprendiendo mejor la metodología de monitoreo de la población. Así, el despertar hacia la sostenibilidad de la especie se está convirtiendo cada vez más en una actividad colectiva y empoderando a las comunidades en su liderazgo y socialización.
«Veo que si no cuidamos de esta especie y de muchas otras, las perderemos. Entonces, ahora, como contador, sé que puedo observar mejor cómo la población de pirarucu en nuestro lago protegido puede estar aumentando o disminuyendo», dice Geovane Sales de Araújo, de la Comunidad Refugio.
El curso de metodología de conteo del pirarucu también ha promovido el empoderamiento social entre las comunidades locales. Además del intercambio de experiencias, conocimientos tradicionales y perspectivas de futuro, un diálogo sobre la importancia de la participación de la liderazgo comunitario en este proceso ha despertado el interés de los miembros de la comunidad y los estudiantes del curso para experimentar esta vivencia y seguir el desarrollo del proceso de conteo del pirarucu en las 13 comunidades del municipio que ya han iniciado el proceso de conteo. Durante 17 días, participaron junto con el equipo del Instituto Juruá en el conteo de 27 lagos de la región.»
“Cada lago que pasamos fue una experiencia más que pude asimilar en mi conocimiento, fue una gran experiencia para mí, como miembro de la comunidad y como contadora de pirarucu», dice Agna Lima, la nueva contadora de la Comunidad São Brás”.
«Pude darme cuenta de cuán importante es el proceso organizativo de esta actividad y cuánto debe depender del interés de la propia comunidad. Fue muy bueno para mí, después del curso, poder participar en el conteo, que es una etapa importante y una práctica que fue fundamental para que pudiéramos mejorar nuestros conocimientos adquiridos en el curso», agrega Ana Paula, de la Comunidad Igarapé.
El interés en experimentar el conteo en diferentes lagos de diferentes comunidades después del curso surgió de los propios estudiantes. Según su evaluación, fue fundamental para adquirir más experiencia en esta actividad y mejorar sus conocimientos prácticos, aprovechando la participación de los supervisores para aclarar dudas, plantear preguntas teóricas y prácticas, y compartir información sobre el conocimiento local y técnico durante el recorrido.
La participación de las mujeres en la cadena del pirarucu ha alentado cada vez más a las mujeres a sentirse empoderadas para trabajar y también para alentar a sus comunidades. Durante el curso de conteo en la región de Itamarati, fue notable el interés y la motivación que las mujeres están cultivando en sus comunidades para cambiar el contexto de la realidad en la que viven. Este «período» fue fundamental.
«Oportunidades como estas pueden marcar la diferencia en nuestra vida y en nuestra comunidad, pero necesitamos aprender a aprovecharlas. Me convertí en contadora de pirarucu, yo y mi nieta, ya es una ventaja para mi comunidad», explica Francisca Alexandrino, de la Comunidad Cantagalo.
«La organización comunitaria fue una de las etapas más importantes que se abordaron, donde los miembros de la comunidad pudieron darse cuenta de que todo comienza a partir de eso. El curso de metodología de conteo del pirarucu no fue solo un momento de aprendizaje para los estudiantes que pudieron participar, fue un intercambio de conocimientos, sabiduría y información importante que despertó una mirada más empoderada, sostenible y líder en cada uno de los presentes.
Los estudiantes obtuvieron una alta tasa de aprovechamiento en la evaluación del curso, con un 100% de aprobación. El equipo encargado de la aplicación teórica y práctica del curso estuvo formado por los contadores certificados Edimar Costa de Souza, quien es Técnico de Pesca del Instituto Juruá, y Raimundo Pires de Medeiros, quien ha trabajado como técnico y manejador del pirarucu durante más de diez años, además de la participación de Maria Cunha, Técnica en Producción Sostenible, comunicadora y educadora en el Instituto Juruá.
«La aprobación de todos los participantes nos dejó satisfechos, y saber que las experiencias cotidianas de la práctica tradicional en las comunidades son nuestra escuela de sabiduría. Hemos sembrado una semilla de sostenibilidad de una especie muy querida y preservada en el medio Juruá, que ya fue plantada en la región cuando las comunidades decidieron que querían monitorear el pirarucu. Esperamos que con el entusiasmo que esta clase ha demostrado después del curso y al haber seguido todo el proceso de conteo, esta semilla crezca y se fortalezca aún más en la región», concluye Edimar Costa.»